Serotonina - Michel Houellebecq
El cuarentón Florent-Claude Labrouste, detesta su nombre y se medica con el antidepresivo Captorix, que tiene diversos efectos adversos como náuseas, desaparición de la libido e impotencia.
El libro arranca en Almería, para pasar por las calles de París y terminar en Normandía, donde los agricultores están en pie de guerra. Todo se hunde, Francia, la Unión Europea y la apática vida del protagonista. El amor no existe y el sexo es una catástrofe.
Florent-Claude descubre unos escabrosos vídeos pornográficos en los que aparece su novia japonesa en un bukkake con varios hombres y otro, practicando sexo con perros. De un día para otro deja el trabajo, deja a su novia y se va a vivir a un hotel. Se reencuentra con un viejo amigo, cuya vida parecía perfecta pero ya no lo es porque su mujer le ha abandonado por un pianista inglés y se ha llevado a sus dos hijas. Y ese amigo le enseña a manejar un fusil...
Este libro de Houellebecq me ha gustado bastante menos que Plataforma y Lanzarote. No puedo empatizar con el personaje tanto como con sus personajes anteriores al ser éste sumamente obsesivo, destructivo y adicto a los medicamentos. No le falta a esta novela, el humor áspero que caracteriza al autor pero la trama divaga demasiado. No sabemos muy bien de qué va el libro. Empieza con una desilusión amorosa, para pasar a una huida a un bungaló de la campiña francesa donde aprende el uso de las armas, para continuar con los disturbios sociales de los agricultores por el precio de la leche, el intento de asesinato del hijo de una exnovia para terminar con el presunto plan de suicidio del protagonista. Demasiados frentes abiertos. Disparidad de tramas que no están todo lo bien hilvanadas que hubiese deseado. Serotonina es en conjunto, una obra menor.
Michel Houellebecq no es un autor fácil. Su forma de entender el mundo es tan peculiar, su visión es tan cruda que raya en lo humorístico. Como muestra un botón de su forma de entender el amor.
"Es malo que los que se aman hablen la misma lengua, es malo que puedan comprenderse realmente, que puedan comunicarse verbalmente, porque la vocación de la palabra no es crear el amor, sino la división y odio, la palabra separa a medida que se formula, mientras que un informe parloteo amoroso, semilingúístico, hablar a mi mujer o a tu hombre como se hablaría a un perro, genera las condiciones de un amor incondicional y duradero. La cosa podría ir bien si al menos pudiéramos limitarnos a asuntos inmediatos y concretos -¿dónde están las llaves del garaje?, ¿a qué hora viene el electricista?-, pero más allá empieza el reino de la confusión, del desamor y el divorcio."
De nuevo Houellebecq atiza a todos los estamentos, creencias, y tendencias sexuales. Tiene para todos y quizás ahí radique su encanto. Una visión crítica despiadada. No le duelen prendas. Puede gustar o no, pero no puede dejarte indiferente.
Como curiosidad apuntar que Houellebecq vuelve a incidir en su predilección por las mujeres poco o nada emancipadas. Mujeres del Este que despiertan a uno con una buena chupada para empezar el día.
No recomendaría Serotonina como el libro con el que empezar a conocer a Houellebecq. Es un libro curioso con partes muy logradas pero no es el mejor libro del autor.
No creo que lea nada de este autor. Es demasiado tristón. Un amargado. Quiero cosas más alegres pero agradezco tus reseñas.
ResponderEliminarPlataforma es muy, muy bueno.
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