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Lanzarote - Michel Houellebecq

 


Lanzarote es una novela corta de Michel Houellebecq del año 2000, que me he leído de una sentada en apenas una hora.

¿De qué va Lanzarote?

Michel, un pequeño empleado francés, decide reservar un viaje de vacaciones a la isla canaria de Lanzarote. Desea una climatología más amigable, más calurosa sin tener que visitar un país árabe y tampoco dispone de mucho dinero. Finalmente, recomendado por la agencia de viaje, se decide por Lanzarote. En la isla, Michel conoce al policía belga y ocasional fotógrafo Rudi y a las dos alemanas lesbianas Pam y Barbara "no exclusivas" con las que se terminará acostando. Su amigo Rudi termina enrollándose en la secta de los Azraëlistas (basada en el Nuevo Movimiento Religioso de los Raelianos). Más tarde, Rudi y otros miembros de la secta son acusados de pornografía infantil en Bélgica. Michel siguió el juicio, pero ya no estaba presente cuando se pronunció el veredicto.

Se le acusa a Houellebecq de islamófobo y lo es sin duda. No detesta los países árabes, detesta los países musulmanes. Es diferente. Houellebecq llegó a afirmar en una entrevista que el islam es «la religión más idiota del mundo» y que «cuando lees el Corán se te cae el alma a los pies». En su obra posterior Plataforma (reseña aquí) se le acusó también de misógino, decadente, xenófobo y racista.

Fue denunciado por distintas organizaciones por "incitación al odio". En el juicio, celebrado en Paris en octubre de 2002, dividió a la comunidad intelectual internacional entre defensores y detractores de la libertad de expresión, que recordó el caso Rushdie. Fue absuelto de todos los cargos: el juez argumentó en la sentencia que la crítica a la religión es perfectamente legítima en un estado laico.

Houellebecq es muchas cosas más, también su particular visión de las relaciones sexuales linda la pornografía. No hay seducción, no amor, no hay juego previo en ningún caso. En una parte de este libro, una de las alemanas lesbianas extiende la eyaculación del personaje masculino entre sus pechos y se relame de ello. Muy gráfico, muy porno. No me disgusta, pero el que busque erotismo refinado cómo "te beso un codo, te muerdo una oreja" debería buscarse otro autor.

La pregunta que lanzo al lector es la siguiente:

Si el autor critica todas las nacionalidades, todas las religiones (algunas más que otras) a las mujeres como a los hombres, a todos los estamentos sociales... ¿se le puede acusar de ser un extremista? Mi respuesta es sí y no. Houellebecq no deja títere con cabeza.

Un símil de un trabajo cualquiera: "Hoy todas las tareas son urgentes". Si todo es urgente, ya nada lo es. No hay niveles de urgencia. Una tarea es urgente o no lo es. Si lo es todo, volvemos a la casilla de salida.

A Houellebecq le ocurre lo mismo, no se puede ser extremista si como autor lo ataca, lo critica todo. Podrás ser un indeseable, un borde, lo que quieras, pero no un extremista. No existe tal cosa como extremos para el autor. Todo es blanco de su ira. Es un gruñón desencantado al que le importa una mierda ser escuchado. No busca la atención de nadie. Le da igual lo que piensen de él. Me gusta mucho. Cree en el sexo, pero poco en el amor. No podemos decir que lo deteste todo, es que simplemente le da igual la mayoría de las veces. Se sirve una copa y sigue.

Si tuviera que definir o personificar a Houellebecq sería lo más cercano a "El Grinch". Odia a todo el mundo, se odia a sí mismo, no tiene piedad de nadie y mira por alcanzar sus metas sin miedo a dañar a quién se le ponga por delante. Y esa su mayor virtud. Su voz crítica. No tiene que quedar bien y no se casa con nadie.

Sus personajes son su voz, su alter-ego. En todo libro, hay al menos un personaje literario que habla con la voz del autor, más o menos oculta, por muy deleznable que nos pueda parecer. En este libro critica ferozmente a los belgas, llega a decir repetidas veces que no deberían existir como nación. Ataca a los ingleses, a los alemanes, a los franceses... a todo Dios.

Lanzarote es una crítica feroz contra el capitalismo y la sociedad de mercado.

¿Existe esperanza u optimismo en el autor? Sí, pero es efímera... ¿no lo es acaso todo en nuestra vida? No hay nada eterno y nos jode que nos lo digan a la cara.

Valoración:
⭐⭐⭐⭐ de 5

Lanzarote es para aquellos que no hayan leído nada de él, un buen punto de partida. No alcanza la majestuosidad de "Plataforma" pero es muy recomendable.

Otras reseñas de Michel Houellebecq:


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Comentarios

  1. Jolín, tendré que leer algo de este señor. Gracias

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  2. Leeremos el libro, para poder opinar. Gracias

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  3. Es un aliciente que se lea rápido pero, estos autores nihilistas, que van contra todo sin aportar nada, no sé si interesan mucho.

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  4. No le definiría como nihilista. Recomiendo su lectura 💯

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