Los burdeles de Paprika (Tinto Brass, 1991)
Los burdeles de Paprika (Paprika en el original) es una película italiana del año 1991 dirigida por Tinto Brass basada libremente en el clásico erótico Fanny Hill de John Cleland e interpretada por Debora Caprioglio, Stéphane Ferrara y Martine Brouchard entre otros.
¿De qué va Los Burdeles de Paprika?
En el año 1957, en Trieste, unos meses antes de la prohibición general de los burdeles, Mimmo (Debora Capropglio) una bella joven campesina, llega a la ciudad decidida a trabajar como prostituta en los burdeles para financiar al zote de su novio para montar un negocio propio y casarse. Lo que eran originalmente solo quince días, se convierten en meses donde Mimmo, ahora conocida como Paprika, experimentará (dicho por ella) el mejor trabajo del mundo.
Hablemos un poco de Tinto Brass.
Nace en Milán un 26 de marzo de 1933 bajo el nombre de Giovanni Brass.
Tras iniciarse como ayudante de Roberto Rossellini entre otros, desarrolla durante los años 1960 y 1970 un estilo muy personal y vanguardista, lo que resultaría en los años 80 a realizar un cine entre la pornografía, la provocación y el erotismo.
A partir de los años 90 abandona la mayor parte de las temáticas que había desarrollado con anterioridad, y se lanza en exclusiva a filmar numerosas obras más intimistas, una fotografía veloz, un montaje rápido y guiones llenos de humor.
Fue apodado "Tintoretto" por su abuelo, por lo que decidió usar "Tinto" como nombre artístico.
Curiosidades:
- En su autobiografía, Tinto Brass reveló que inició una relación sexual con la actriz Debora Caprioglio durante el rodaje de la película
- Tinto Brass planeó originalmente esta película como una adaptación directa de Fanny Hill, de John Cleland, pero tras varios años sin encontrar el tono correcto ni la financiación, reescribió el guion y actualizó la ambientación a la Italia de los años cincuenta. Aun así, la película consigue ser más fiel (al menos en la personalidad de la protagonista) a la novela de Cleland que la mayoría de las adaptaciones «oficiales».
- Nina Soldano dijo que se sintió avergonzada en el casting porque «las audiciones para Brass son así: él está en un teatro, te hace desnudarte completamente, te pone delante de cuatro espejos y te hace hacer el bidé. Es su manera de evaluarte y ponerte a prueba.»
- Curioso al menos es el papel elegido por el director para hacer un cameo. Nada menos que el de un médico abortista hablando en francés.
Valoración:
⭐⭐⭐de 5. Soft porno muy entretenido.
¿Qué se puede esperar de una película con frases tan elaboradas y llenas de glamour como las que exclama la protagonista a los cuatro vientos?; ¡Soy una puta, y estoy orgullosa de ello! Gracias a estas tetas, culo y coño, me he hecho rica y respetada ¡Champán para todos, yo invito! o "Apenas cierro los ojos, veo pollas que vuelan".
Pues una película bastante entretenida e infinitamente mejor que el bodrio más famoso de Tinto Brass Calígula.
Por supuesto, que abundan los primeros planos de los potentes argumentos físicos de Debora Caprioglio, por supuesto que edulcora los burdeles a niveles casi insultantes y por supuesto que la trama no deja de ser el sueño calenturiento idealizado de un señor que se toma el tema de la prostitución a chufla.
Pero si entras en el juego del director, dejas a un lado lo muy casposa que es algunas veces (la polla del dueño del local es ridículamente inmensa y los huevos desorbitados de gordos), terminas perdonando la fantasía de que todas las meretrices se lo pasan en grande con los clientes por muy feos y viejos que sean y no te tomas el largometraje para nada en serio, te descubres disfrutando de las dos horas de película.
Tinto Brass no es un gran director. No le pidas descubrir la pólvora a pesar de que los críticos le posicionen como vanguardista o modernista.
A excepción de un plano a ras de suelo de Paprika miccionando sobre un príncipe (o en este caso -por la inclinación del plano- sobre nosotros) no he descubierto nada notable en su dirección.
Abusa de primeros planos en casi todas las escenas, tanto de los rostros de los personajes mientras conversan de la anatomía femenina. Los burdeles de Paprika es una sucesión interminable de planos del vello púbico, de los generosos pechos y los redondeados traseros de las meretrices.
El director no domina los planos exteriores y prescinde de ellos en casi todo el largometraje. Cuando le toca mostrar un palacio o una calle, lo hace de una forma tan anodina e insulsa que se lo podía haber ahorrado. Desconozco si en otros largometrajes se explaya más, pero esta película, los exteriores brillan por su ausencia.
Pero le salva que no es explícito. Llegamos a ver miembros erectos (pocos en comparación con el porcentaje del metraje dedicado a la anatomía de ellas) pero no somos testigos de penetraciones, ni eyaculaciones como en su famosa Calígula (aunque estoy cada vez más convencido que poco o nada tuvo que ver con el montaje final) y sí que presenta escenas muy sensuales y eróticas (la cita con el príncipe y su esposa, la presentación en sociedad de Paprika por parte del conde o la escena de la bañera).
Aparte de ello, Los Burdeles de Paprika tiene un componente imprescindible para no caer en el más espantoso de los ridículos: Humor. Humor negro, pero humor.
Por ejemplo:
- Una de las prostituta está muriéndose en la cama y la madame desesperada manda llamar a un médico. Un médico que certifica que poco se puede hacer ya. La prostituta entre susurros reclama la presencia de un cura para confesar sus pecados. Abriéndose paso entre los clientes, a medio vestir, sale un sacerdote, la coge de la mano y le perdona.
Creo que me inclinaré esta vez por Salón Kitty de temática parecida a Portero de noche. Os mantengo informados.
Esta vez no he encontrado un tráiler y os dejo distintas partes del metraje:
Buf, no sé si atreverme a visionarla. Me parece que en mi lista está en los últimos, últimos puestos. Gracias.
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