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El especial San Valentín 2024 de Valentin@ - Primera parte de dos

EXCLUSIVO PARA MAYORES DE 18 AÑOS



PRIMERA PARTE

Café Bistro "Budapest Chic"
12 de febrero.

—Entonces, ¿Qué exactamente has ganado? —pregunta Claudio a su hermano gemelo Lucio, mientras sorbe el café que le acaba de dejar Adriana, la camarera tetona rumana, con la mejor de las sonrisas. Su camiseta rosada con la leyenda "Do you love me?" realza sus generosos pechos, máxime tan cerca del día de "San Calentín" y acapara todas las miradas del café. 

—A ver, te lo vuelvo a explicar desde el principio —responde Lucio tras guiñarle el ojo a Adriana que se marcha contoneando el trasero embutido en una ajustada falda de cuero negra—. Hace algunos meses, me apunté al llamamiento de la página oficial de la actriz porno Sophie Bombastix para entronar a su fan más caliente. Normalmente, en estos llamamientos, solo consigues que te manden una fotografía dedicada.

—La morena con el cabello oscuro con mechas carmesís de ojazos grises. 1,65 m de altura. Talla 85D de pechuga. Famosa por su personaje Sunny, la secretaria porno tonta y los cortos; "Doble Terapia de pareja" y "Un problema de En-Verga-Dura". ¿No estaba retirada? 

—¿Cómo sabes tú tanto de ella? A lo que voy que me despistas —responde un sorprendido Lucio mientras llama educadamente a Adriana—. Su productora erótica "Cum/Laude" me mandó un e-mail ayer comunicándome que Sophie le había encantado mi desparpajo, ¡mi sexualidad animal! Y no sólo eso... ¡Agárrate fuerte! Bombastix quiere rodar su corto de regreso al porno de su personaje más famoso, Sunny, en España, ¡En nuestro taller mecánico!

—¿No habrá decorados en Bratislava que puedan pasar por un taller mecánico? Le saldría bastante más barato a la productora —argumenta Claudio.

—En Sophie todo es natural. No está operada de nada. Sus fans lo saben y la adoran por ello. Ella no es de decorados cutres de cartón piedra. Si la ves follar en la consulta de un médico, ten por seguro que esa consulta existe en realidad. Es lo que la distingue de otras actrices, ella es de verdad. ¡Auténtica! Ya quedan pocas actrices honestas como ella, como mucho, la cachonda Frida, esa granjera holandesa ordeña-rabos de las coletas. 

—Guapos, ¿qué os pongo? —interrumpe melosa Adriana Stoica con su marcado acento de la Europa del Este, agachándose y plantando las gordas tetas talla 80D casi encima de la mesa. No lleva sujetador ni nada que se le parezca. El gesto de descansar sus manos sobre el hombros de los mecánicos no es para nada casual. Adriana se las sabe todas.

—Más caliente que el tubo de escape de una moto —responden al unísono los hermanos, y es cierto.

—Qué guarros, siempre estáis con lo mismo —ríe Adriana y contoneándose se acerca a la barra a dejar la comanda de otros dos cafés, esta vez "bautizados", a su socia Joanna. Por supuesto, no desaprovecha la ocasión para rozar con una teta la cabeza de Claudio. 

Joanna, la compañera e igual de pechugona que Adriana -en Rumania les salen las tetas a las muchachas antes que los dientes- pilla al vuelo las cavilaciones de su prima menor.

Las mujeres rumanas son medio brujas de cuna. Sin duda por la sangre zíngara que corre por sus venas. Una rumana siempre sabe lo que piensa otra compatriota.

— Ya lo sé. Esa maldita sonrisa de los hermanos. Seguro que con ella le han bajado las bragas a más de una, y como no nos andemos con cuidado, éstos dos no solo nos bajan el tanga hasta los tobillos, sino que además nos meten un pollazo que nos mandan de vuelta a Budapest en business—rumia Joanna mordiéndose el labio inferior—. A casita con nuestros maridos mientras los hermanitos se llevan nuestras bragas colgadas en el cipote como si fuera el capote de un torero. Donde entra una sonrisa, entra una longaniza. Y son dos, mejor.

Joanna termina de servir el café abrasa-gargantas en la bandeja a Adriana sin perder de vista a los gemelos. Sabe que Silvia, la novia de Lucio, se ha marchado a estudiar al extranjero y que Lucio la debería echar de menos. Aunque por lo que cuenta Claudio, discutían mucho otra vez y que Silvia estaba un poco pesadita con ser una mujer de éxito y no sólo la novia de un "uñas negras". 

—Adri, recuérdales a los hermanos que mañana por la noche damos una fiesta en el local, en honor a San Valentín. Son 20 € con consumición, pero que ellos están invitados. Sácales un "Sí" y bájate un poco la falda vaquera, joder, que apenas se te ve el tanga.


Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas.
13 de febrero, mediodía.

Sophie Bombastix desprende más voluptuosidad en carne y hueso que en sus películas. Cuando Lucio la recoge del aeropuerto, tal como solicitaba la productora, en la desvencijada furgoneta del taller para darle mayor realismo al cortometraje, el muchacho no crédito a su suerte.

Largo cabello azabache con las características puntas en tonos carmesís, ojazos grises y unos seductores labios pintados de negro perdición. Chaqueta de cuero abierta con cuello de borreguillo, pullover de cuello alto gris con las tetas sueltas debajo y una falda de cuero negra impresa a fuego en la piel. Remata su exacerbado erotismo, una medias azabaches embutidos en plateados moon boots. Vamos, que está tremenda. Más de un pasajero masculino se ha llevado una colleja de la parienta por mirarle las tetas.

Tras reconocer el cartelón con su nombre -saber leer es una ventaja-, la simpática Sophie se presenta con una amplia sonrisa a Lucio y se disculpa por sólo chapurrear castellano. A la pregunta si nuestro protagonista habla inglés o eslovaco, éste responde con "un poquito" en castellano pronunciando la frase silaba a silaba como si eso hiciera más fácil entenderle.

Poco después ya dentro de la furgoneta y antes de salir del aeropuerto, Sophie se pone cómoda, se quita las botas dejando al descubierto un delicados pies de uñas pintadas y empieza a grabar en su móvil las primeras impresiones de España. Presenta a Lucio como su fan número uno y le explica a su público que esté atento a las novedades que se emitirán en breve.

Todo esto claro se lo imagina Lucio que no pilla ni una, absorto en verle las prietas piernas a Sophie (mucho) y prestar atención al denso tráfico (poco).

—¿Dónde está el resto del equipo de rodaje? —pregunta el muchacho inocentemente—. ¿Cuándo llegarán?

—No, no. No resto equipo. Sólo follar tú y yo. Grabar polvo con ti en mío móvil. ¿Sí? —aclara Bombastix mascando chicle—. Mucho follar. Yo necesitar mínimo seis folladas para mi canal, mi productora. ¿Sí? En furgoneta, en mesa tuya oficina taller, en coche roto, todas partes. ¿Tú poder follar mucho? ¿Carpintero bueno para clavar muchos clavos? ¿Chupar coño como nota musical RE-LA-MI-DO?

Un lívido Lucio con los ojos como una lechuza, traga saliva y asiente haciéndose el macho despreocupado. Le indica a Sophie que "sin problema". Está templando.

—Joder, ¿por qué nadie le ha avisado? —se lamenta—. De saberlo se hubiese tomado sus doce litros de zumo de papaya y cuarenta kilos de nueces de Macadamia.

—Tú y yo seremos amigos buenos. Yo soplar tu polla en coche, mi móvil grabar chupada. Tú conducir, tocar mío felpudo y culo muchas veces. Correr mucho en boca al final, ¿Sí?

Al sentir los dedos de Bombastix desabrocharle la bragueta y empezar a hacerle una paja, Lucio pisa el acelerador instintivamente y se pone a 100 y la furgoneta, de paso, también.

Y con estos mimbres, supera ampliamente el límite de velocidad de la carretera permitido al sentir la lengua de Sophie lamer y engullir su mástil -sin desprenderse del chicle-, morderle el glande y después los huevos.

Cuando se corre como un titán en la boca de la actriz, el velocímetro ya marca 150 kilómetros por hora. Sophie traga complacida la carga al completo y apaga la grabación del móvil despidiéndose abriendo y cerrando la mano del futuro público. Con el rostro desencajado y recuperándose del orgasmo, un radar de velocidad inmortaliza la jeta de Lucio. El muchacho ni se da cuenta, bastante tiene con no estamparse contra una ambulancia de mascotas Fifí con las luces puestas.

Aprovechando una parada para repostar y que amigable Sophie vaya a por cigarrillos y un café para ambos, semi desmayado llama a su hermano al móvil.

—¿Dónde cojones estás? La tía puta esta viene sola y quiere que me la folle cinco-seis veces grabando. Lo va a grabar todo en el móvil. ¡Trae Viagra, Cialis, Levitra, Spedra, ginkgo biloba, lo que sea! ¿Cuánto? Yo que sé. Siete cajas de cada y vete echando chispas al taller. Ni día libre, ni hostias. 

» La voy a aguantar dos polvos como mucho. Escóndete en el lavabo del taller. Una vez que lleguemos le echo otro polvo, le digo que tengo que asearme, me meto en lavabo, sales tú y te la follas. Ella no sabe que tengo un gemelo. Nos vamos turnando. Fállame y mañana me estás enterrando tieso por partido doble. ¡¡¡Jodeeeeeeerrrr!!!, ¿Para que haré nada?

Claudio le confirma que no le fallará y le pregunta que qué lleva puesto de ropa. Lucio le responde qué cojones importará si saldrá desnudo del lavabo, que se preocupe más en salir del aseo con la picha tiesa. ¡Es que tienes unas preguntas, jodeeeeerrr!

Taller "Hermanos modorros"
13 de febrero, por la tarde.

En el despacho, Lucio con los pantalones bajados y tras haberse pegado cuatro estrujones, para que Bombastix le vea la polla más lustrosa, se está poniendo un condón cuando Sophie le interrumpe airadamente.

—¿Dónde ir tú? No, no, no condones. Condones malo para negocio. Follar... ¿cómo decir aquí? A pelo —le reprimenda Sophie orgullosa de que cada vez hable mejor español y eso que apenas lleva unas horas en la tierra de Cervantes—. Tú mandar informes médico a productora con salud, ¿Sí?

—Por supuesto —miente Lucio que recuerda vagamente un email con un montón de preguntas en inglés que dejo para más adelante y debajo de unas facturas de baterías.

Sophie se lleva las manos al centro del pecho en señal de agradecimiento, le da las gracias y le da un buen morreo. Despeja la mesa del despacho de papeles. El primer polvo será encima del escritorio. Será estilo perrito y no se cambiará de postura hasta que se corra Lucio. Después pasarán a otros lugares del taller. Después una vez que tenga sus siete-ocho polvos, elegirá como montar las diferentes escenas para que quede una historia chula del regreso de la inocente Sunny que al final siempre se la terminan follando. La trama es lo de menos. Serán historias cortas ambientadas en un taller cutre.

—¿Siete-ocho polvos? —se repite mentalmente Lucio— De aquí no salimos vivos. ¿Pero esta tía quién se ha creído que soy? ¿Para qué habré mentido dándomelas de bravo semental en el email?

La actriz se sube la falda, separa la piernas y con el culo en pompa espera paciente la penetración. Mordisquea un lápiz simulando cómo si repasara la contabilidad del taller. Será una de las escenas. La secretaría gafotas recibe su merecido por cotilla y saber sumar dos más tres son cinco, por el culo te la hinco.

Lucio escupe sobre su miembro para una mayor lubricación que no hubiese hecho falta -Sophie es una profesional como la copa de un pino y está más caliente que los columpios en el mes de agosto en Sevilla-, lo da todo desde el minuto uno y por los sorprendidos grititos de la secretaria, ella tampoco se esperaba que el polvo fuera tan estupendo.

La generosa corrida sobre los cachetes del culo tras diez minutos de estocadas vaginales despiadadas cumple con las demandas de Sophie. Termina la escena -cómo estaba acordado- con ella desmadejada, sobre la mesa jurando que no dirá nada a las autoridades y limpiándose con el libro de contabilidad.

La siguiente escena será ella vestida de mecánica con un mono de trabajo desesperada intentando encontrar el origen de la fuga de aceite de los bajos de un coche. Un compañero -de nuevo Lucio, puesto que Claudio sigue sin aparecer- se ofrece a ayudarla y se pone debajo del coche. Al hacerlo se engancha el pantalón y se queda con la polla tiesa al aire de la sierra. Sophie aprovechará para montarle a galope tendido. Sophie le ruega que se corra esta vez dentro de ella.

Lucio vuelve a cumplir como un campeón, a pesar de que ya tiene los huevos como pasas arrugadas. La escena continúa con Bombastix de pie con el esperma perlado deslizándose sobre sus piernas hasta los tobillos y termina con ella echando un cubo de serrín sobre la voluminosa simiente, la polla del amigo y la díscola fuga de aceite.

Pausa para fumar un cigarrillo y tomar un café.

—Estar muy contenta con ti —le afirma la actriz a Lucio— Tú tener buena polla. Yo haber tenido dos buenos orgasmos. Ahora continuamos, ¿Sí?

Lucio sonríe con las piernas hechas fosfatina y aprovecha para meterse en el lavabo. Ahí le espera finalmente Claudio con la picha tiesa como un mástil. "Vamos que te toca salir", le susurra agradecido el agotado hermano.

Desfallecido se sienta en retrete y se toma dos viagras. Con un poco de suerte no le tocar volver a salir hasta dentro de media hora. Al abandonar Claudio el aseo a rebosar de energía con la nervuda polla curvada y con ganas de guerra, Sophie aplaude ilusionada como una niña pequeña al abrir los regalos el día de Reyes.

—Qué maravilla. Polla otra vez tiesa y muy dura. Tú sin duda ser mi fan número uno. Eso ponerme muy cachonda —asevera Bombastix terminándose el cigarrillo.

La siguiente escena será una paja entre las tetas sentada sobre una columna baja de neumáticos. La tarjeta de crédito de una cliente le jugará una mala pasada y le negará la operación para pagar la reparación del coche del celoso marido. Ella se verá obligada a hacerle un trabajito fino al mecánico mientras habla con el banco por teléfono.

La corrida deber ser sobre los melones en primera estancia y después sobre el display del móvil. Claudio no sólo acomete todas las demandas como un campeón, sino que, además, la primera de las siete salvas que le mete a las tetas casi hace que se le caiga el móvil a la sorprendida actriz que no se espera tan ingente cantidad habiendo eyaculado el mecánico -según sus cuentas, tres veces en menos de dos horas-. Está más que satisfecha.

La siguiente escena será un anal en toda regla. De nuevo, la inocente secretaría de las gafotas. Su mano ha quedado atrapado en la bandeja inferior de salida de la máquina vending. Un sibilino cliente que espera que le entreguen el coche, ofrecerá su ayuda condicionada pero antes le apretará a Sunny tres cuartos de lomo embuchado en el culo antes la inicial desesperación y después disfrute de la secretaria. 

—Tú correrte dentro otra vez, necesito primeros planos de leche inundado mi culo. No olvides golpear mi culo muchas veces con periódico. ¿Sí?

Dicho y hecho, no sólo le puso el culo a rojo vivo con la revista enrollada de MundoMotor sino que además de los pollazos que le metió que Lucio a Sophie/Sunny en el ojal, la mitad del contenido de la máquina vending se desprendió de sus amarres. Las latas de Coca-Cola parecían celebrar el polvo soltando amplios géiseres de espuma a diestro y siniestro,

El anal es tan satisfactorio que Sophie se olvida a mitad del polvo que debe dejar una mano atrapada en la máquina dispensadora para simular estar atrapada y hace uso de ambas manos para abrir aún más los cachetes del culo y asegurarse que Lucio le meta el lomo al completo. Otro orgasmo para ambos.

Nueva pausa para fumar un cigarrillo y tomar otro café.




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¡La banda sonora!

Shaggy - Mr. Boombastic


No te pierdas la anterior aventura de los gemelos bajo el siguiente enlace.

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Comentarios

  1. Yo es que me divierto mucho con estas historias de Valentin@. Siempre deseando leer más.

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