Mina en "DopaMina Chumino Power"
EXCLUSIVO PARA MAYORES DE 18 AÑOS
Me presento: Me llamo Mina Carrasco, aunque este nombre seguramente no te sonará de nada. Pero si te digo que soy DopaMina Chumino Power, creadora de contenidos exclusivos para adultos… Ahora sí te sueno, ¿verdad?
Soy la puta ama con una cuenta, que no deja de aumentar, de seguidores y que va in crescendo en cuanto estoy en línea. Así por la cara. Igual que tengo muchos fans devotos, tengo millones de detractores. Que hablen mal de mí, me pone súper cachonda. Les jode mi éxito y a mí me encanta que les joda. Me masturbo leyendo lo mucho que me odian. Mis orgasmos y mi squirtings en directo son antológicos y, no pocas veces, la batería sobrecalentada de mi consolador se ido a tomar por culo. Y no pienso hacerle publicidad a la marca de consoladores. Son unos putos mierdas y unos roñosos. No quieren pagarme la estupenda publicidad que les hago. Pues nada. Me masturbo con otra marca y listo. Que les jodan.
Ahora es súper fácil hacerse con miles de seguidores, pero antas era chungo de cojones. ¿Qué que cambió mi suerte? Os lo contaré… es muy sencillo, ¿veis mi icono personalizado del oso panda con la lengua fuera y los ojos en forma de dólar? Justo ahí. Perfecto. Ya sois mecenas premium por menos de 30 € al mes. Una ganga para todo el contenido exclusivo que recibiréis. Mínimo 1 video nuevo y 25 fotos cada semana.
En mi familia va cada uno a su puto rollo. Ahora lo llaman desestructurada. Gilipolleces. Mi padre, Sergio Carrasco, es un hombre de éxito metido ya en los cuarenta. Seamos realistas, tías, un pollo con cuarenta no es lo mismo que una pava con cuarenta. Es muy apuesto, sus cabellos plateados en media melena le dan un aire de hombre experimentado entre sus clientes, sobre todo femeninas, de su bufete. Está especializado en separaciones y divorcios. Encima está musculado y bronceado. Pues eso, un "bajabragas". Entre semana está poco o nada en casa. Viaja un huevo. Los fines de semana aparece y cumple sus funciones paternales dándome la monserga sobre los esfuerzos y el coñazo de que debería trabajar en algo que no sea la mierda esa que hago delante del ordenador. Bla, bla. Después le echa un polvo de escándalo y de rigor a mi madre del sábado, sabadete. Mi madre le grita y le insulta cada vez que se la mete. Chilla diciendo que se la meta a su puta madre. No me extraña, está mal decirlo, pero mi padre tiene una polla como el rodillo de un panadero. Los pantalones de vestir, no importa la marca que sean, se desfondan en la bragueta. A mi madre la debe partir como quién parte con las manos desnudas un melón. Que se lo digan a su joven secretaria cubana.
Pues claro que sé lo de su secretaria. Rocío se llama la guarrona. Las mujeres no somos tontas. Le pillé el móvil a Papá, el de la empresa claro, tan tonto no es, donde ella le mandaba fotos y mensajitos. Que no se demore, que necesitaba sentir la polla de Papichulo en su estrecho, muy húmedo y rizado coño cubano. Que, por favor, volviera a azotarla y hacerle sentir la muy perra que era. Que ella le recogía en coche y que, durante todo el viaje a la oficina, le iba chupar la gorda polla blanca hasta que estallara en su boca. Y que se lo iba a tragar todo como una muy buena empleada. Incluso mejor que la anterior secretaria, Andrea, que ponía mohines cuando le estallaba todo en la cara.
¿Contárselo a mi madre? ¿Para qué? Lina, mi madre, diez años más joven que Papá, es un pibón. Largo cabello rubio, ojos grises, una cintura de avispa, y unos pechos apretados. La hija de puta tiene mejor culo que yo. Presidenta de honor de casi todo donde pueda dárselas de importante. Total, ella no trabaja y tiene que hacerse ver. La quiero un montón. Como también la quiere el fontanero, el electricista (anda que no se rompen cosas en mi casa al cabo del mes) y sobre todo el mejor amigo de mi padre, el tío Hugo. Es un profesional como la copa de un pino. Es el masajista portugués de mi madre. Antes iban mis padres juntos a masaje, pero mi padre lo fue dejando, creo que le relajaba más que le chuparan la polla, y ya sólo va mi madre. Ahora ella va más que nunca. Dice estar muy tensa y que el tío Hugo con sus manos especiales es el único que sabe que teclas tocar para relajarla. Ya, las manos.
Después, el amigo de papá termina su masaje especial corriéndose entre las piernas de Mamá como un toro… lo sé. Interesada que es una, he husmeado las braguitas de Mamá cuando se va a dar una ducha y siempre huelen a semen. A mi madre le vuelve loca llevarse la mascletá hasta casa. Le gusta sentir la corrida todo el camino, en su conejo, mientras conduce a casa, y sentir como la leche intenta huir de su enrojecida vulva. Debe pararse en todos los semáforos. Lo entiendo perfectamente. A los cazadores les gusta llevarse trofeos, pues a mi madre, las corridas a casa. La hace sentir poderosa y deseada. Luego le manda un mensaje a Hugo diciendo que ya ha llegado, que aún le siente dentro de ella. Se piensa que no lo oigo, agilipollada en mi mundo digital.
La mayoría de vosotros ya sabéis lo mona que soy. Nada que ver con las orcos portando catapultas a Moria que circulan por ahí que se las dan de guais. Yo no vendo humo. Chica joven muy loca, 18 años, cabellera larga a dos colores, negro y dorado. Capricornio, 57 kilos, 160 cm. 5 Piercings, nariz, lengua, tetas y ombligo. Me hacían descuento. Medias de rejilla semi rotas, falda escocesa y blusa ancha blanca. Un culo gordito que está listo para ser castigado. Me gusta gritar como una loca cuando me la meten... eso lo he heredado de mi madre. También les insulto, los llamo mierdas, impotentes, pichas flojas, putos fracasados. Ellos se cabrean al ponerle yo su hombría en entredicho. Necesitan demostrarme que no son nada de todo lo que les llamo y me follan más duro aún... justo lo que quiero. Que me follen duro. Pero eso fue después, antes mis contenidos eran diferentes y mucho más aburridos... bailecitos, maquillaje, moda, juegos online... ¿Éxito? Nada... lo siguiente. Pero eso cambió una buena tarde.
Eran más de las ocho de la tarde un jueves, Papá estaba fuera toda la semana, llegaba al día siguiente, y Mamá iba a salir a cenar con Hugo como regalo de navidades por haberla arreglado el cuerpo tantas veces. Estos profesores apenas ganan nada y gracias a él, Mamá estaba menos gruñona. Papá estaba de acuerdo en invitarle al mejor restaurante vegano de la ciudad.
Hugo había llegado hecho un pincel a casa. Un chico a punto de empezar la treintena. Con un culo para partir nueces, unas manos grandes y un coqueto pendiente. La verdad es que está divino del coño. A Mamá le había pillado el toro y se estaba terminado de arreglar en el baño. Yo estaba transmitiendo en directo en vídeo, una nueva entrada a mi canal con el escaso éxito habitual. Harta, había prometido a mis fans algunos minutos antes que me iba a masturbar en directo vestida de chica goth y maquillada hasta las tetas.
Se conoce que Mamá le tuvo que pedir a Hugo que me avisara que pronto se irían. Que mi cena estaba en el microondas. Cuando entró y me vio abierta de piernas, tocándome, consolador en mano, transmitiendo en directo se quedó de piedra. Estaba súper húmeda. Él estaba fuera de ángulo. Le dije que qué cojones hacía en mi espacio personal y que se fuera a tomar por culo, que estaba trabajando. Él me preguntó con su marcado acento portugués que, si mi madre sabía con lo que me ganaba el dinero, desconocedor que yo estaba transmitiendo en vivo. Le respondí que qué iba a hacer: ¿castigarme? ¿Cómo castiga a mi madre? Respondió que yo estaba a falta de una buena hostia y que ya era hora que alguien me pusiera en mi sitio. Que no era manera de hablar con un adulto y que me iba a castigar mientras se desabrochaba el cinturón de cuero. Me dio la vuelta, me quedé culo en pompa y me empezó a azotar, primero con el cinturón doblado, llamándome puta, después con la manos desnudas. Puta, repetía sin parar de golpearme con la palma de las manos. Mi culo ardía. Me estaba poniendo como una moto de cachonda. Yo notaba su erección tras los pantalones de vestir. La cremallera estaba a punto de ceder y liberar esa pedazo polla de Oporto que gastaba. Eso sí que está más rico que los Pasteis de Belem. Le pregunté que si se estaba empalmando, que si le ponía castigarme, que si iba a tomar el papel de mi padre y encauzar a la puta de su hija. Él ya se había abierto la cremallera y restregaba su hinchada polla por mi culo mientras me olía las braguitas y desgarraba mis medias. Amplias estrías de líquido seminal pintaban mi volcánico y muy enrojecido culo. Me había dado la azotaina del siglo. Gruñía y no paraba de decirme lo mucho que mi madre debía avergonzarse de mí. Por la mirilla del ojo, a mí, me ponía aún más cachonda ver subir las visualizaciones de mis fans como un caballo desbocado. Las cantidad de cosas que me iba a poder comprar. Y eso trabajando desde casa, sin pasar frío ni ostias.
Mi madre gritaba desde el baño, que ya le quedaba poco, que Hugo perdonara la espera. El portuense, en estado salvaje, me dio la vuelta con un brazo, me tumbó boca arriba y sin mediar palabra me metió la polla hasta los huevos de una estocada. 22 centímetros de una embestida. Mi conejo ardía de excitación. No me habían follado así en mi vida. Con esa rabia. No me paraba de repetir que la juventud de ahora le tenía hasta las bolas. Su desfachatez. Pollazo. Su arrogancia. Pollazo. Su poco respeto. Pollazo. Su escaso gusto musical. Pollazo.
Me corrí en directo, con los ojos bizcos, lengua fuera, mientras él no paraba de destrozarme el conejo a estocadas de carne. Yo le llamaba de todo, siendo hijoputa y cabrón lo más suave. Él me abofeteaba las gordas tetas como un poseso. Chupaba los piercing de los pezones como si le fuera la vida en ello. Estaba enloquecido. Por sus movimientos y sus jadeos cada vez más acelerados, sabía que se iba a correr ya mismo y si no estaba lista, dentro de mí. Que un tío se corra dentro está genial y reconozco que estuve tentada de dejarle que se descargara sin más. Sentir toda esa rabia, todas esa leche inundándome, abriéndose paso... pero su corrida por muy espectacular que fuera, en mi depilado coño, me iba a dar pocas visualizaciones.
Así que me deshice de sus embestidas, recogí mis piernas enrejadas y las lancé contra su enrojecido pecho al grito de ¿Qué haces hijo de puta? ¿Tienes la poca vergüenza de quererte correrte dentro? ¿En mi coño, pedazo de mierda? Acto seguido, le agarré de la venosa y palpitante tranca y se la empecé a chupar lentamente mirando cada pocos intervalos a la cámara, en primer plano para delicia de mis fans. Despacito. Mordisquitos y chupadas largas desde la base de los huevos hasta el glande. Quería alargar la transmisión todo lo que fuera necesario. Hugo no se dio ni cuenta. Soy una empresaria con una visión de cojones. Él me agarró con ambas manos de la nuca hacía él y se corrió casi al instante en mi boca. Me fue imposible tragar tanta leche así que la mayoría terminó entre mis tetas entre arcadas. ¿Se correrá siempre así? Seguro que la carga se la tenía reservada a mi madre. Joder, me habría encantado que se hubiera corrido entre mis piernas. En mi interior, llenándome de esa leche ardiente. Pero hay que tener visión de negocio. No puede ser todo. Elegir es renunciar.
Aún estaba terminando de limpiarme la burrada de corrida de los pezones (parecía que me hubiesen tirado un cubo de pintura blanca a quemarropa) mientras él bufaba agotado como un toro y terminaba de sacudirse la polla sobre mis labios, cuando entró mi madre en la habitación. Mãe de deus. Improvisé. No me amedrentare y la besé en los labios diciéndole que esa leche en mi boca creía que era suya.
Las visualizaciones no paran de subir desde hace meses. DopaMina Chumino Power es un éxito, y apenas me da tiempo a subir contenido a mis canales de UniqueFans. Estoy pensando en contratar a unas amigas mías y un pollo disfrazado que conocí en el Parque del Retiro de Madrid llamado Aurelio, que suban contenido en mi nombre a mi canal. No sé, tipo "La casa de DopaMina presenta". Por mucho que quiera, no doy abasto y eso que mi madre, bajo el nombre de AdrenaLina me ayuda con los contenidos y sube muchos vídeos. La mayoría juntas donde nos follamos a todo lo que se nos ponga por delante. Y yo que pensaba que mi madre me iba a dar la zurra de mi vida. Que va. Está encantada de poder llevar una doble vida. A ella también le gusta que la miren, sentirse deseada, que se la follen, saber que miles y miles de internautas se corren con ella. Ella viste únicamente una máscara veneciana negra de encaje en sus vídeos y especialmente solicitados son aquellos donde la ponen perdida la cara de leche en glory holes caseros. ¿Mi padre? Me consta que es suscriptor mío. He visto los extractos de su cuenta donde le descuentan el importe mensual bajo el nombre de mi sociedad. Él no sabe que se la toca viendo cómo se follan a su hija y su mujer… pero no todo en esta vida hay que saberlo ¿no?
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Pido mis sinceras disculpas por haberme inspirado en el personaje de Happy Panda, la influencer de talla mundial de los relatos de Urbexing de Luis Fernández. ¡Muchas gracias!
¡La Banda Sonora!
Purple Disco Machine feat. Eyelar - Dopamine
Katja Krasavice - Dicke Lippen
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Me ha parecido muy interesante el relato.
ResponderEliminarHa sido todo un detalle descubrir el homenaje a Happy Panda en la figura de Dopamina Chumino Power... genial. Gracias, Valentin@. Algún día me animaré con una colaboración. ¡Temblad!
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