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Dulce de calabaza (Especial Halloween 2021)




La noche de Halloween, y las dos noches anteriores, son una noche especial en Madame Le Noir. Todo el personal se disfraza, a excepción de Papa Booze, para deleite de los visitantes habituales, encantados de ese picante adicional de joder a una policía zombi de gafas de espejo, una caperucita ensangrentada de ropajes desgarrados o una Gatúbela de ajustado cuero. Marta, “Dulce de calabaza” lleva poco tiempo en Madame Le Noir, pero disfruta de un moderado éxito por encima de la media y una clientela agradecida. Había llegado con lo puesto de un ignoto pueblo de Zaragoza hace algunos meses harta de hacerle pajas a cuatro paletos para que la invitaran a una copa. Y Madame Le Noir y en especial esta fiesta supone para ella siempre unos ingresos extras que se niega a perder. El tatuaje anaranjado que le cubre todo el trasero con la cara de una calabaza sonriendo de encendidos ojos, es un éxito descomunal. A los hombres le pone joderla por detrás mientras introducen sus vergas en la dentada sonrisa de la calabaza. Hace algunas semanas se había hecho tatuar además la palabra de “Truco” en la parte interior del muslo derecho y “Trato” en el muslo izquierdo, para que cuando posicionara sus larguísimas piernas encima de los hombros de ellos, pudieran leer “Truco o Trato” siendo la O faltante, su receptivo y siempre húmedo conejo.

Esta noche ha conseguido llevarse a un reservado a Papa Booze. El premio gordo. Está disfrazado de gladiador con el rostro tapado con un yelmo de rejilla y pecho descubierto con coloridas tiras LED. Un caramelito. Después de hacerle una rápida felación de pie contra una pared, se lo folló en la sala Hannover. Tras apenas 20 minutos, Marta satisfecha, se dirige para asearse al vestuario de las chicas y por supuesto de paso, relatar su éxito.

—No me ha parecido que tuviera tanta tranca cuando me la metió por el culo. Ni me avisó. Pensaba que iba a follarme por detrás a lo perrito cuando de una estocada de carne ya me había metida toda la polla y hasta casi los huevos. Bueno, no todos los días tienes la ocasión de hacerte amiga especial del maestro de ceremonias y le dejé hacer. Me tiraba de las coletas cada vez que me penetraba, pero no duró mucho. Me conozco los trucos de los hombres y en cuanto balanceé un poco el culo, se me corrió como un toro, afirmaba orgullosa Dulce de calabaza —restregó un rato más su polla sobre mi vulva, pero ni un beso. Y se marchó aún con la polla goteando.

—Tía, a ti no te ha follado Papa Booze. Jamás se disfraza y le aburre sobremanera el anal. — se reía Kira Múnich mientras se terminaba de maquillar como Arlequín asesino —A ti, te la metido por el culo, Aurelio. Todos los años, se folla a una incauta vestido de Gladiator. A mí ya me ha follado dos años seguidos...

Kira no paraba de reír a mandíbula batiente como las demás chicas del vestuario.

—No me jodas. —se percataba avergonzada Dulce de calabaza mientras esgrimía un ruidoso —¡Qué hijo de puta!

—Chicas, tenemos otros problemas más urgentes… Lily ha vuelto, afirmaba enojada Fuensanta descalzándose los esquís, parte del Atrezzo de la última fantasía de su mejor cliente.

Dulce de calabaza desconoce quién es esa tal Lily y Kira se lo aclara con el permiso de Fuensanta. 

—Es una cabrona de marcado acento húngaro o rumano que sólo trabaja los tres días de la fiesta especial de Halloween. Reserva la sala Lisboa esos días al completo y se lleva ahí a los mejores clientes. Después vuelve a desaparecer durante un año completo. A pesar de que sólo se nos permite estar en Madame Le Noir un máximo de 2 años, ella consigue estar aquí todos los años. Además, la hija de puta no envejece ni un ápice. El rollo gótico que lleva “a lo vampiresa sexy" debe ponérsela dura a todos los tíos. Yo ya ha perdido al menos 12 clientes, continuaba una cada vez más encendida Kira.

Las demás chicas resoplaban resignadas mientras se terminaban de vestir. Carmen y Josefina, se estaban devorando algo más apartadas, en los bancos de atrás, la una a la otra sus depilados sexos y habían pedido interés.

Dulce de calabaza podía ser una ingenua, pero no es una mujer que abandonase una batalla fácilmente sin luchar. Tiene muy claro que los dos años en Madame Le Noir deben ser de lo más productivo para ella. Y si no se puede escalar posiciones dentro del local follándose a Papa Booze, no va a permitir que la puta de Lily se haga con los mejores clientes. Quizá estudiando a furtivas los videos de la sala Lisboa, podría sacar tajada y ofrecer lo mismo a los clientes, pero mejorado o más barato.

—Anda, Samir, rey moro. Déjame entrar. Déjame echar un vistazo. Sólo será un momento, solicita melosa Dulce de calabaza.

—Me la vas a liar parda, joder, Marta. No puedo dejarte entrar. Sabes de sobra que no se permite la entrada a personal ajeno a la sala de videovigilancia —refunfuña el guardia de seguridad.

—Mi morito… Morito precioso, venga que te hago una paja entre las tetas cómo te gusta. Me recojo el pelo también, ¿vale? —continúa ella sin ánimo de soltar la presa mientras se desabrocha la blusa.

—Que no joder, Marta, contesta Samir contundente.

Marta aún se está abrochando la blusa sobre sus tetas manchadas de semen, cuando revisa la cámara principal de la sala Lisboa. La nitidez es impresionante a pesar de que la sala está únicamente iluminada por una multitud de velas de diferentes tamaños. Red Lily está montando a su invitado en el suelo. Varias botellas de vino vacías bailan cerca por el suelo. Lily recoge una de las velas más cerca de ella y vierte la caliente cera sobre el musculado pecho del hombre. El invitado gime, pero no abandona su férreo control de dos manos sobre los redondeados glúteos tatuados de Lily. Ella se detiene a morderle los pezones. Se entretiene una eternidad en ellos. Él sigue con su polla golpeando las partes íntimas de Lily como un martillo neumático. Toda ella es un monumento de mujer, de largo pelo púrpura. Sin ser alta, todas sus proporciones son casi diabólicas. “Qué buena está la hija de puta” piensa Marta. Cambia a la cámara 3, al plano occipital, y hace un zoom sobre el rostro de él. Quiere verle la cara. Es Lars, un habitual. Uno de los buenos, una polla dura como un garrote, pero de los que dejan buenas propinas. Parece tener los ojos cerrados mientras Lily sigue succionado sus pezones. Ha dejado de penetrarla y sus brazos han caído laxos a su lado. Ella gira su cabeza hacia la cámara y con los labios llenos de vino… ¿o es de sangre?, guiña un ojo a la cámara y parece susurrar si Marta quiere acompañarla. Aterrada por la certeza de pasar de repente de observadora a observada, apaga rauda las cámaras y sale de la sala de vigilancia. Samir está fuera sorbiendo un café. 

—Súbete la cremallera, Samir, le recrimina ella y se marcha por el pasillo.

No ve a Lars salir de Madame Le Noir esa noche ni tampoco se presenta al día siguiente como es habitual en él. Hoy es el día más goloso del local. Será a partir de las 10 de la noche. De momento, la asistencia es moderada. Marta aprovecha para entrar furtivamente en la sala Lisboa. Tiene que saber más. Cerciorarse. Apaga el cajetín de la corriente eléctrica situado a la derecha de la puerta, tras un cuadro de una mujer lamiendo un crucifijo. La sala está pulcramente arreglada, perfumada con esencias exóticas. Las velas aún ciegas. Ningún rastro de sangre o de vino. La cama tiene señales en sus postes de mordiscos, pero podrían ser también del roce de unas esposas de ocasiones anteriores. Nada. Antes de salir, vuelve a activar la corriente eléctrica.

Madame Le Noir ahora sí está abarrotada. Incluso hay colas de espera en casi todas las salas. Apenas quedan sillones libres en la sala principal y reservar una sala esta noche es casi imposible. Dulce de calabaza ha conseguido ganar un pellizco más chupándole la polla a tres hombres que esperaban pacientes entrar en una de las salas glory hole. Estos insistían en correrse todos al mismo tiempo sobre ella. En 5 minutos estaban todos de vuelta a la sala principal. Ya invitará a Kira a una copa después, al fin y al cabo, le ha quitado tres clientes, pero este es un mundo despiadado. Mientras se arregla el pelo, Papa Booze la intercepta. Efectivamente no está disfrazado. Elegante como siempre. Perfumado como un dios griego. Por el rabillo ve cómo los guardias de seguridad se llevan en volandas a Samir a la salida, golpeado como un pulpo. Algunos dulces, amargan.

—Estás despedida, Marta. La confidencialidad lo es todo en Madame Le Noir. No entramos en que acuerdos o actividades llevas a cabo dentro del local, siempre y cuando nos hagas llegar nuestra parte y no comprometas nuestra imagen. Tienes 5 minutos. Es una lástima, te echaré de menos. Tenía grandes planes para ti —le asevera Papa Booze mientras le indica la salida.

—¿Quién cojones es Red Lily y por qué ella disfruta de un trato especial? le recrimina Dulce de calabaza.

—Eso a ti no te importa una mierda, Marta. Madame Le Noir hace multitud de tratos con muchísima gente. Déjalo estar, finaliza Papa Booze mientras la besa en la boca y le abre la puerta.

Una extraña niebla se ha alzado sobre el callejón. Marta se abrocha el abrigo de visón y pone rumbo a la calle principal. Antes de llegar, una limusina color azabache le corta el paso. La ventanilla trasera de la limusina se abre, y Red Lily le pregunta desde el interior curiosa, copa de vino tinto en mano. 

—¿Quieres entrar, Dulce? Tantas ganas de saber quién o qué soy… Ahora tienes la oportunidad, la invita Lily mostrando sus blancos colmillos sobre sus encarnados labios. 

Un hombre desmadejado, a su lado parece dormir. Marta duda un segundo, pero entra en el coche convencida de que la noche aún no ha terminado.

Marta, también conocida como Dulce de calabaza, está desaparecida desde ayer.

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¿Quieres saber más del local Madame Le Noir? Lo tienes fácil, haz uso del enlace :)

Banda sonora de Dulce de calabaza (Especial Halloween)

Frankie goes to Hollywood - Relax



Katy Perry feat. Juicy J - Dark House


No te pierdas el libro recopilatorio de Madame Le Noir bajo el siguiente enlace.


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Comentarios

  1. Una pregunta. ¿Samir, el guardia de la sala de vídeo vigilancia es el mismo personaje del relato de Claudia? Por cierto, gran historia.

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    1. Sí, es el mismo Samir. Samir será personaje recurrente en todos mis relatos, cómo el chico de las pecas de Los Simpson. Por cierto se llama Jeremy Freedman en la serie.

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